Hacienda La Carriona en Los Andes en Ecuador
27 de junio de 2023Escapadas Románticas – Vivir la historia y la cultura ecuatoriana. Las haciendas son una ventana al pasado colonial de Ecuador. Originalmente fueron construidos por colonos españoles, y muchos de ellos aún conservan su arquitectura y mobiliario originales. Podrás conocer la historia de nuestra hacienda, así como la cultura de los indígenas que trabajaron en ellas.
Para disfrutar de la belleza natural del Ecuador. Las haciendas suelen estar ubicadas en impresionantes entornos naturales, como las montañas, la selva tropical o la costa. Puedes practicar senderismo, ciclismo, equitación o simplemente relajarse y disfrutar del paisaje.
Para degustar la cocina tradicional ecuatoriana. En Boutique Hotel La Carriona ofrecemos comida caseras con un toque gourmet e ingredientes tradicionales ecuatorianos. Puedes probar platos como el ceviche, las empanadas y el osobuco.
Una pintoresca hacienda con más de 200 años de historia, inició su construcción en la primera década del 1800 en manos de Antonio Fernandez Salvador y López. Con 144 hectáreas fue la hacienda ganadera y casa de campo de la importante hacienda San Nicolás, cuyos patios mágicos y casa original todavía pertenecen a la misma familia desde hace ya 7 generaciones, y cuyo escudo familiar es actualmente el logo de la hostería. En su juventud Luis Fernandez Salvador y Gangotena la hereda y es el quién la nombra La Carriona en honor a una presencia femenina en su vida. Tiempo más tarde, su hija María Elena Fernandez Salvador hereda ambas haciendas y se hace cargo de las propiedades y sus relatos diarios, seguimiento de cuentas y conteo de bestias durante muchos años, pero debido a un viaje largo a Europa, La Carriona se pone a la venta y cambia de mano. El tiempo pasa y años después su hija María Eugenia Del Campo Fernandez Salvador se casa con Patricio Lasso Carrión, heredero de la famosa hacienda La Ciénega en Latacunga, y juntos tienen 4 hijas, una de ellas llamada Virginia Lasso Del Campo, quien tras el fallecimiento de sus padres rescata todas las leyendas y documentos históricos de las haciendas de la familia encontrando, a su sorpresa, los registros oficiales de La Carriona, la cual pertenecía a su esposo Fernando Becdach, quién compró la propiedad en 1973 antes de conocer a Virginia enterándose así, por curiosa casualiadad, que esta hacienda perteneció a su abuela María Elena. Debido a esta interesante coincidencia, La Carriona vuelve a manos de la familia quién la costruyó.